Resulta un tratamiento muy efectivo para lesiones deportivas agudas o para padecimientos crónicos en los que existe dolor, inflamación o desgaste de algunas estructuras articulares.  Acelera la recuperación funcional de la articulación y actúa más rápidamente que la medicación oral.  

¿Qué sustancias se infiltran? 

Generalmente se inyectan corticoesteroides, ácido hialurónico, plasma rico en plaquetas o células madre. Estos pueden administrarse de forma individual o combinada.  

¿Para qué patologías está indicado?  

Lo más común es que la infiltración de rodilla se prescriba ante el dolor que no cede con el reposo o la ingesta de fármacos; este síntoma puede tener un comienzo repentino que va de una molestia leve a intensa e incapacitante. Su objetivo es poner los medicamentos en un contacto estrecho con el área a tratar. Por eso es útil para enfermedades inflamatorias (tales como la artritis reumatoide) y para aquellas que afectan a los meniscos o a los cartílagos.  

¿Cómo se realiza?  

Una infiltración de la rodilla se realiza de forma ambulatoria. Normalmente se indica que te coloques en una posición cómoda y se limpia la zona a tratar con una solución antiséptica. Si es posible se marcará el punto de entrada para administrar la inyección: éste dependerá de la ubicación de la lesión, ya que puede ser intra o extrarticular (ver figura 1). Si se encuentra resistencia no es recomendable forzar la entrada de la aguja, ya que podría lesionarse algún elemento de tu rodilla. Si observas sangre cuando aspiran la aguja se tendrá que sacar cuidadosamente para no dañar algún nervio y volver a introducirla. Tras terminar el procedimiento se debe revisar tu zona para evitar sangrados.