¿En qué consiste la operación de rodilla (artroscopía)?
La artroscopía es un procedimiento mínimamente invasivo

¿En qué consiste la operación de rodilla (artroscopia)?
La artroscopía es un procedimiento mínimamente invasivo en el cual el interior de una articulación puede visualizarse empleando una pequeña cámara que se introduce por medio de incisiones de pequeño tamaño. Esta técnica permite diagnosticar y tratar, con mayor precisión y margen de éxito, distintos problemas de rodilla sin necesidad de hospitalización y posibilitando una rápida recuperación de los pacientes. Durante el procedimiento el especialista inserta un artroscopio en la articulación, el cual es un instrumento que consta de una cámara pequeña del tamaño de un lápiz. Éste envía la imagen al monitor de una televisión, de tal forma que el cirujano puede ver las estructuras de la rodilla con gran detalle.
¿Para qué padecimientos se indica?
La artroscopía de rodilla resulta útil para quitar o reparar cartílago de meniscos rotos; también para reconstruir el daño al ligamento cruzado anterior que pudiera verse dañado por alguna torsión o rotura. Permite quitar fragmentos sueltos del hueso o del cartílago y es útil para drenar el exceso de líquido sinovial que se ha acumulado a consecuencia de la inflamación.
Beneficios del procedimiento
Con la artroscopia de rodilla los pacientes recuperan rápidamente su movilidad y pueden realizar actividades cotidianas en poco tiempo. Al ser una intervención quirúrgica mínimamente invasiva- mediante incisiones menores a 5mm y el apoyo de una cámara- permite una visión clara de la rodilla para reparar lesiones que generan dolor o que limitan el movimiento. Tiene riesgos mínimos de complicación y promueve una mayor estabilidad funcional y estética. A diferencia de la cirugía tradicional, que amerita una herida de mayor tamaño, hospitalización prolongada y un tiempo de incapacidad largo, este procedimiento permite abandonar la clínica en la que se realiza el mismo día en que se lleva a cabo.
¿Cómo es procedimiento?
La cirugía artroscópica de rodilla se realiza mayoritariamente de manera ambulatoria. El paciente entra a la sala de procedimientos y en un “abrir y cerrar de ojos” se encuentra en recuperación sin experimentar dolor o incomodidad. La anestesia para la intervención puede hacerse de modo local o por bloqueo epidural que adormezca el miembro a tratar. Luego de esto se introduce una cámara a través de una pequeña abertura en la rodilla (a cada lado del tendón rotuliano) para visualizar la parte media- interior y externa de la articulación, así como la superficie de la rótula. Por otro orificio se introducen instrumentos médicos para remover cualquier obstáculo que impida la correcta movilización de la rodilla.
Para finalizar el procedimiento- que generalmente tiene una duración de 45 a 60 minutos- se cierra la incisión mediante pequeños puntos de sutura y se coloca un vendaje compresivo. Posterior a esto el paciente puede caminar una vez que haya pasado el efecto de la anestesia, cuidando no realizar grandes esfuerzos.
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